Las raíces irlandesas del pueblo Mariano Alfonzo
Por Guillermo MacLoughlin
Director de TSC
Mariano H. Alfonzo es una localidad agrícola asentada en el corazón de una de las regiones más ricas del país. Con más de 1.000 habitantes en la actualidad, es parte integrante del partido de Pergamino. Siguiendo por la Ruta 8, camino a Colón, en el km. 249 y a 27 kms. de la cabecera municipal se halla el acceso a este pueblo formado a la vera de la estación ferroviaria, que lleva su nombre en recuerdo de don Mariano Hermenegildo Alfonzo (1848-1913), un destacado hacendado local, quien además fue contador público, dirigente radical, diputado a la legislatura bonaerense y uno de los socios fundadores del Jockey Club, en 1882, cuya comisión directiva integró junto a Carlos Pellegrini y a Eduardo Casey, entre otros.
La región fue, en sus comienzos, una gran extensión de campos formado, por lo general, por grandes estancias en manos de familias irlandesas que se dedicaban a la cría del lanar. Al gestarse la transformación cerealista de la zona, hacia fines del siglo XIX, se decide trazar una línea ferroviaria, de los denominados “ferrocarriles económicos”, para cubrir un tendido entre Pergamino y Melincué. Es así como en 1889 Mariano Alfonzo cede las fracciones necesarias para el tendido de la línea, la estación y las playas anexas, sobre parte del campo en 1887 había adquirido a Juan Fox (h.), quien las había heredado de su padre homónimo, un importante pionero irlandés de la zona. Y el 1° de diciembre de 1897 se inaugura el tendido del ramal del Ferrocarril Central Argentino y la estación Alfonso, la que posteriormente, en 1895, un decreto del gobierno provincial corregiría el error (Alfonzo por Alfonso) y la estación y el pueblo circundante, pasan a llamarse Mariano H. Alfonzo.
El pueblo de San Patricio
La zona aledaña a la estación fue poblándose con un almacén, una panadería, una carnicería y algunas casas, esparcidas también en las propiedades que la familia Cunninghan y por Tomás Kearney, quien adquirió gran parte de las tierras que originalmente eran de los Fox, formando un establecimiento rural de 1.600 has.
Kearney hace una presentación ante la Municipalidad de Rojas –entonces con jurisdicción sobre la zona- para formar el “Pueblo de San Patricio”, en homenaje al Santo Patrono y comienza el loteo urbano, aunque no le aprueban los planos por ciertas exigencias técnicas, lo que no es impedimento para la instalación de familias.
Y este apoyo al desarrollo de la zona es continuado por sus hijos. Santiago Kearney vende en 1923, en remate público, 200 lotes de su propiedad. Al año siguiente, Ana Kearney de Mujica hace otro loteo similar, vendiendo 120 lotes y entregando a cada adquirente 5.000 ladrillos para la construcción de una vivienda. Y finalmente Patricio Kearney lotea parte del campo recibido de su padre, vendiendo entre 1924 y 1931 otros 80 lotes. Y es así como Tomás J. Kearney ve realizado su sueño al concretarse su soñado “Pueblo de San Patricio”.
Posteriormente, cumpliendo con el deseo de su padre, Patricio y Santiago Kearney donan los terrenos para una escuela y para la capilla. A su vez, la zona logra un mayor impulso aún con el fraccionamiento aledaño de la colonia Aurora, con la incorporación de 119 lotes que saca a la venta, en 1921, Martín de Alzaga de parte de la propiedad que había adquirido a la sucesión de Enriqueta Kenny de Cunninghan, otra familia irlandesa pionera del lugar. Los compradores de estos lotes tenían acceso a un crédito hipotecario a 33 años de plazo, lo que reflejaba el desarrollo económico y la prosperidad del país en esos tiempos.
El pueblo no podrá conservar su nombre original, porque el de la estación lo sobrepasó en antigüedad y en 1925 se designa al pueblo, también, con el nombre de Mariano H. Alfonzo, pero la impronta de los irlandeses fundadores quedará consagrada en el tributo al santo patrono irlandés.
La capilla San Patricio
La numerosa feligresía que se había formado decidió formar una comisión con el objeto de levantar una capilla. La misma será presidida por Antonio Mujica –marido de Ana Kearney-, uno de los vicepresidentes será Dionisio Kearney, tesorero Santiago Kearney y entre los vocales figuran Patricio Kearney, Patricio Geoghegan, Tomás Kearney, Roberto Enright, Patricio Deane, Lorenzo Duffy y Federico Enright. Trabajaron mucho y recibieron incontables donaciones.
El 28 de agosto de 1926 fue bendecida e inaugurada la capilla, en una ceremonia que presidió el entonces Obispo auxiliar de La Plata, Monseñor Santiago L. Copello –quien llegaría a Cardenal Primado-, concelebrando los sacerdotes pasionistas Víctor O’Carolan y Miguel Deane, y el Cura Párroco de Ntra. Sra. de La Merced, Pbro. Ildefonso Amondarain, todos llegados desde Pergamino en tren. Fueron padrinos de la ceremonia Catalina Flanagan de Duffy y Tomás J. Kearney. La imagen que preside el templo fue donada, a su vez, por Santiago Kearney, quien también había donado el terreno donde se erigió la capilla.
La escuela Patricio Kearney
Si bien desde 1912 funcionaba la escuela N° 7 en las inmediaciones de la estación, lo hacía de forma precaria y la población crecía constantemente. Es así como en 1920 Patricio Kearney decide donar al Consejo General de Educación un terreno para que funcione la escuela, a la vez que se forma una cooperadora escolar con el objeto de construir las nuevas instalaciones, de la cual eran presidente y vice, Santiago Kearney y su cuñado Antonio Mujica.
La escuela no llevada nombre alguno. Así en 1997, con motivo del centenario de la estación, los alumnos y docentes se propusieron darle un nombre, siendo elegido el de Patricio Kearney. La Dirección General de Escuelas de la provincia aceptó la propuesta y el 19 de septiembre de ese año se llevó a cabo el acto de imposición del nombre, con la presencia, entre otros, de familiares del homenajeado.
Por muchos años Blanca, Irma y Raquel Mujica, sobrinas del homenajeado, se desempeñaron como docentes en la Escuela N° 7.
Otras presencias irlandesas
Si bien la población actual de Mariano Alfonzo es predominantemente de raíz española, italiana y vasca, todavía se mantiene una activa comunidad irlandesa, enraizada en las actividades más variadas del pueblo. Entre ellas, podemos señalar a la señora Elvira Jaccoud de O’Brien, quien integró el grupo de vecinas que promovió la creación del Jardín de Infantes y que presidió su primera cooperadora; a Miguel O’Brien, quien estuvo entre los vecinos que colaboraron para la instalación del destacamento policial; a Patricio Geoghegan, que dirigió los destinos de la Cooperativa Agrícola “La Unión”, en 1934 –el emprendimiento comercial más importante de la zona-; el contador Oscar Foster quien, además de dictar clases, fue auditor de la Cooperativa Eléctrica, que se fundó en 1962; a Patricio Kearney, vicepresidente de la Cruz Roja local, en su fundación en 1945; a Miguel O’Brien, quien presidió la Cooperativa de Agua Potable; a los primeros jugadores de futbol local Tomás Kearney (h.) y los hermanos Patricio y Guillermo Geoghegan; o la labor como bioquímico del Dr. Eduardo Foster; por nombrar sólo algunos jirones de esta fecunda presencia hiberno-argentina en el pueblo que debió llamarse San Patricio y que se denomina –no sin justeza, también- Mariano H. Alfonzo.
El autor agradece a Carlos Edmundo Zaldívar Kearney el material aportado para ésta nota.
Tomás J. Kearney
El fundador
Thomas J. Kearney nació en Ballymore, Irlanda, en 1843. Junto con su esposa irlandesa Catalina Dillon, llegó al Río de la Plata en 1867 y se instalaron en Colonia del Sacramento, Uruguay y unos años más tarde pasa al país, dedicándose a actividades rurales en Carmen de Areco, Cap. Sarmiento y Arrecifes y, posteriormente, en Pergamino. En 1890 compra su campo en Alfonzo, instalándose definitivamente allí en su establecimiento “San Patricio”. En 1910 proyecta la creación del pueblo, al lado de la estación, y apoya todas las actividades que se desarrollaron a partir de ésta inciativa. En 1919 había repartido sus tierras entre sus númerosos hijos y fallece en Pergamino el 7 de octubre de 1929, a los 86 años de edad.
Kearney, con su esposa e hijos, a los 57 años, se afincó en la zona de Alfonzo –en esos tiempos casi un desierto- y con tenacidad, a los diez años, decide fundar el pueblo de San Patricio, que hoy floreció.
Tuvo nueve hijos: Margarita, casada con Miguel Delaney; María, casada con Santiago Sharry; Juan; Tomás José, casado con Julia Dalton; Miguel Francisco, casado con Josefa Pastore; Dionisio, casado con Brígida Quinn; Santiago, casado con Celina Enright; Patricio, casado con Elena Rossiter; y Ana Inés, casada con Antonio Mugica.
Entre sus descendientes se destaca su nieta Julia Kearney –hija de Tomás-, casada con Edmundo Zaldívar, músico mundialmente famoso, autor del “Humahuaqueño”, una de las músicas más conocidas en el continente, padres de Carlos, Julio, Graciela y Marcelo Zaldívar Kearney, que también siguen las huellas musicales.
The Southern Cross
AÑO 142 - Nº 6040 Enero 2017
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