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sábado, 24 de diciembre de 2016

Ni reducto, ni fortificado...

Por Eduardo Vázquez


A principios de los sesenta, se decidió restaurar la antigua estancia de los Cueto (1840), para crear allí el “Museo Agrícola Pampeano”, que se frustró enseguida de inaugurado, porque fueron saqueadas las reliquias camperas que se dispusieron en su interior. Para la inauguración, se lo había invitado a José Pedroni, el gran poeta santafecino, quien se inspiró en la histórica casona para escribir los versos de “Pergamino”, una breve pero hermosa poesía, que permaneció olvidada en la biblioteca del INTA, hasta que se la desempolvó hace poco tiempo.

Pocos años después, durante una de las tantas dictaduras que soportamos, y estando el general Onganía sentadito en el sillón de Rivadavia, se inició una gestión para que la casona fuera declarada Monumento Histórico Nacional. Es una edificación de alto valor patrimonial, porque su construcción se remonta a los orígenes mismos de la explotación agropecuaria en Argentina, ya que el  “pago del Pergamino”, fue pionero en este rubro. Pero para los sabiondos criterios de quienes llevaban a cabo la gestión, ésta iba a tener más peso, si se le daban aires castrenses a la estancia, diciendo que se trataba en realidad, de un “reducto rural fortificado”. Especular con que a los milicos del gobierno les importaba un comino el patrimonio y la cultura, tiene sentido, porque está visto que tampoco les importaba un comino la Constitución, la democracia, ni la soberanía popular, pero lo que resulta inaudito, es que aquella argumentación absurda, creada para obtener la rápida aprobación de un gobierno dictatorial, sea la fuente donde se ilustran nuestros “historiadores”. Hay que verlos luego, poner cara de circunstancia al repetir como loritos, la misma cantinela. Por empezar, la palabra “reducto” es habitualmente empleada para referirse a un tipo de construcción militar, y si le añadimos “fortificado”, el equivalente sería Fortaleza Militar. Nadie que posea sólo dos neuronas, va a confundir una casa, con un fuerte, pero ustedes, mis queridos lectores, pueden llegar a descomponerse de la risa al conocer cuáles eran aquellos sólidos  argumentos “fortineros”: -- Que las puertas eran de gruesa madera, y cerraban con tranca! – Pues así eran las puertas de todas las casas del pueblo. – Que la escalera de ascenso al dormitorio era angosta! – Nadie hace escaleras de shopping, para subir a la pieza, pero según los “historiadores” locales, el tipo la hizo así, porque de ese modo podía parapetarse arriba , y con su trabuco mantener a raya a los indios libidinosos, que intentaran subir a “jugar al doctor” con la patrona – Que el alero del frente era bajo, para impedir el paso de un jinete a caballo! – Me pregunto: ¿En que película surrealista, vieron a alguien cabalgar bajo un corredor? – Que las paredes eran más altas que el techo, con la finalidad de estar protegidos cuando se echaban a disparar con el rifle! – Un simple peón de albañil, les puede aclarar que esas pequeñas barandas de ladrillo se llaman “cargas” y la poseen todos los techos, inclusive los de las propias viviendas de los “historiadores” – Que la parte trasera de la casa, que da al sur, no posee aberturas porque los ataques venían del oeste! – La casa, mis queridos neófitos, le da la espalda al sur, para protegerse del frío y la lluvia, porque de allá prevalecen los vientos en nuestra llanura. Así también orienta su nido el “hornero”, que es un pajarito, y ningún pajarón. Bueno, antes de despedirme, les regalo un par de datos más. A una legua del pueblo estaba la casa, y era visible, como lo prueban antiguas fotos; y su diseño, era prácticamente el mismo de la casona de Peña, donde nació Atahualpa…

PERGAMINO
José Pedroni         (Esperanza 1963) 

“Era un camino de cardal soplado
y un horizonte azul de indio que pasa 
y sola con su miedo era una casa
de garza blanca con el cuello alzado .

Un navío de tierra soñoliento
surcaba el mar pampeano que mugía 
el maíz era un sueño todavía
y el trigo apenas un presentimiento .

 ¡ Cuánto tardó para llegar y echarse
el camello de pan del campesino ;
cuánto la soledad para marcharse !
Pero todo llegó por el camino; 
el amor y la paz que ha de ordeñarse
con un mapa en el cuero: Pergamino” 

http://eltiempodepergamino.com/4927-generales-ni-reducto-ni-fortificado

lunes, 21 de noviembre de 2016

EL PRECIO DE LA VERDAD O PAGAR PARA DECIR LA VERDAD

“Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques, todo lo demás son relaciones públicas” (George Orwell)
Por Javier Ferreyra

En el día de ayer, salió publicada la solicitada que adjuntamos en el diario 
La Opinión de nuestra ciudad con el título “Así NO FUE, Mimí” y la firman actuales y ex profesionales del Servicio de Salud Mental del Hospital San José de Pergamino.
Lo primero que me llamó la atención fue que los firmantes ¿en un descuido? omitieran poner sus cargos para que los lectores puedan entender un poco más que responsabilidades les cabía o les cabe a cada uno/a. Porque al fin de cuentas, de eso se trata un cargo, de obligaciones y responsabilidades.
Quienes firmaron son los psiquiatras Marcelo Ferrand (ex médico de guardia), Viviana Barzetti (ex médica de guardia), Patricia Friguglietti (ex médica de guardia) y Alicia Staiolo (actual médica de guardia); los psicólogos Juan Mendy (psicólogo de planta), Silvia Mártire (ex Jefa de Servicio -Directora de la Sala-), Estela Ramírez (ex Jefa de Servicio -Directora de la Sala-) y Hugo García (psicólogo de planta). Siete profesionales para contar todo lo que está bien según sus ópticas, un número al menos llamativo si tenemos en cuenta los 38 años de inaugurada la sala y los más de setenta profesionales que a principio de año presentaron una nota firmada en mesa de entrada del Hospital denunciando todo lo que, según sus ópticas, está mal.
Siguiendo con mi asombro, me sorprendió ver la solicitada en el diario La Opinión, una pena, ya que a algunas de las firmas se les ofreció el derecho a réplica en PRIMERA PLANA, y de esa manera se aseguraban la misma repercusión que tuvieron las crónicas que tanto les molestaron, considerando que el lector de La Opinión difícilmente sepa de qué hablan, quién es Mimí y los pormenores del caso ya que el diario local no se ocupó del tema en cuestión.
Si algo define a los medios de comunicación actuales es la confusión. En parte porque la propia información es en sí misma a veces caótica. Es normal que un personaje se desdiga o se contradiga -algo normal en política, por ejemplo-. Y en parte porque la mayoría de los medios dependen de fuentes que difunden contenido. Es imposible contrastar todo, aunque sin duda hay fuentes fehacientes y ante datos que parecen contradictorios o inusuales es preferible recurrir a varias distintas.    
Sin embargo, con todo, es complicado trabajar en esta área apasionante que es informar, especialmente cuando se busca la verdad. Porque la verdad es sobre todo incómoda para quienes saben que sus acciones no deben conocerse o que de salir al conocimiento público quedarían a la luz muchas cuestiones no convenientes que afectarían su desempeño, su responsabilidad o directamente su deber.
Los promotores de la solicitada acerca del Servicio de Salud Mental manifiestan haber sido sometidos a agravios y a tratos despectivos en las notas emitidas por PRIMERA PLANA. Jamás se mencionó ninguno de estos apellidos en las distintas notas, sí lo hizo la gente en los distintos comentarios del diario y en las redes sociales considerando que fueron y son cómplices de falta de responsabilidad médica. Es política de PRIMERA PLANA no censurar los comentarios de los lectores. Ni los que nos disgustan, ni los otros.
Pergamino es chico y probablemente los profesionales tengan la misma versión que nosotros respecto a una posible denuncia que estarían recibiendo en los próximos días por abandono de persona e incumplimiento de los deberes de funcionario público. ¿Quizás por eso tardaron más de un mes en pagar para contar su verdad?
Quienes han sido y son médicos de guardia han sido acusados de hacerlo en forma pasiva, violando la ley 10.471 ya que deben hacerla de forma activa, su ausencia pone y ha puesto en riesgo la vida de muchas personas faltando a la ley 17.132 que regula el ejercicio de la medicina. Durante años se medicó telefónicamente, sin ver al paciente, poniendo toda la carga laboral sobre el clínico de guardia y la enfermera de la sala que estaba sola, siempre estaban solas.
Dos de quienes mencionan sentirse agraviadas fueron Directoras de la Sala y hasta el 2014 no hubo médico de planta y además el pabellón no cuenta con una Asistente Social, lo que hizo (y hace) que no hubiera seguimiento adecuado periódico de los pacientes y que haya historias clínicas incompletas. Por ejemplo, hablan de un ingreso policial de Mimí el 10-04-80 y como ya contamos, existen tres fechas diferentes de ingreso en su historia ¿Cuál es la verídica? ¿Por qué en uno de los pasillos hay un cuadro de Mimí con fecha de 1978? Y sumando irregularidades, ¿Por qué le avisaron a la justicia de su existencia más de 10 años después, en 1991?
Sería pertinente que la justicia actúe de oficio citando a todas las partes a declarar a sabiendas que hay testimonios muy valiosos de enfermeras históricas que cuentan cómo les hacían quemar expedientes y destruir documentación de pacientes con los que además le prohibían hablar en los inicios de esta historia.
Entre otras cosas, los profesionales firmantes mencionan que Mimí fue asistida por psicólogos, algo que no consta en la historia clínica, no hay seguimiento ni evaluación psicológica, pero a ellos “les consta”.  También insisten en que intentaron ubicar en varias ocasiones a sus familiares sin éxito ¿Cómo lo hicieron? ¿Publicaron algo en el diario local de Santa Rosa? ¿Tienen esas actuaciones?.  Por supuesto, los familiares que vinieron a visitarla (y no fueron recibidos por ninguna autoridad pasada o actual, ni de la Sala ni del Hospital) niegan que alguien los haya buscado “acá nos conocen todos”.
La historia de Mimí habla de un traslado desde el Melchor Romero, en función de un dato aportado por sus familiares, la solicitada menciona con aparente precisión los distintos lugares donde estuvo ella y en principio nunca habría estado en el Melchor Romero como recuerdan sus primas. De ser cierto, es un dato muy importante para conocer la verdad, pero irrelevante para desconocerla.
“Permanecemos expectantes por conocer las políticas en Salud Mental que determinen el destino de instituciones públicas, como la nuestra”dicen en el párrafo final. La nueva ley de salud mental (N° 26.657), se promulgó en 2010, se reglamentó en 2013 y se empezó a aplicar en el 2014. Entre otras cuestiones se establecieron mecanismos para favorecer la atención ambulatoria y servicios de inclusión social y laboral: en esta ley se fomenta la creación de casas de convivencia o residencias compartidas entre varios pacientes con asistencia profesional, casas de medio camino, de gestión pública o privada (que contienen tanto a personas que podrán lograr su independencia tras un tratamiento, como a quienes podrían vivir allí de por vida) y hospitales de día (donde aprenden oficios). Un dato no menor es que una de las ex Directoras de la Sala tiró a la basura el proyecto del Hospital de Día que aún sigue siendo un proyecto y funciona con profesionales ad honorem mientras que Pergamino, cabecera de la Región Sanitaria IV, sostiene un pabellón con profesionales nombrados que sostiene ser un centro de derivación y tener disponible 60 camas con la partida presupuestaria correspondiente. ¿Por qué en la solicitada no se habla del estado de inhabitabilidad del mismo? ¿Por qué no mencionan el abandono edilicio y personal que sucede ahí adentro? ¿Por qué no hablan de Mario que esta hace 18 años ahí y también busca a su familia?
La solicitada intenta generar confusión sobre la vulnerabilidad de la intimidad de Mimí al publicarse fotografías de ella en PRIMERA PLANA. A saber, en ninguna foto se ve su rostro (a pesar de la autorización de su familia) como si pasa con Mario en la publicación del diario La Opinión en ocasión de la inauguración de un mural en la Terminal de Ómnibus hace apenas unos días (Archivo La Opinión). Mario es NN, no tiene DNI y si, vulneraron su intimidad. ¿O los derechos se vulneran de acuerdo al medio que lo publique?
La verdad duele, y molesta. Sobretodo a personas que intentan ocultarla o desligarla, sobretodo a personas que han sido denunciadas por haber maltratado a enfermeros y a profesionales médicos. Sobretodo a personas que mantuvieron a una NN durante más de 3 décadas, apenas hace dos años a Mimí le hicieron el DNI.
Esta dirección del hospital ha hecho caso omiso a la denuncia del personal con respecto al mal funcionamiento, peligro de vida de ellos y de los pacientes, los cuales fueran denunciados por ellos por mesa de entrada siguiendo la vía administrativa, sin embargo, da curso a una imprecisa nota de descargo.
La gran pregunta es hasta qué punto interesa la verdad y la disposición a defenderla más allá de la filosofía y la retórica. Al fin y al cabo es un tema más que trascendental. La verdad no puede ser simplemente un discurso o una idea políticamente correcta. Porque eso es la peor de las mentiras. Y un medio, admitiendo sus limitaciones, falibilidad humana y dificultades de la labor periodística debe estar decididamente comprometido con la verdad. Y por ello, nadie debe dudar que es necesario pagar un precio.
Ahora bien, siempre se debe dar oportunidad a los afectados negativamente por la investigación o la noticia para que proporcionen su versión de los hechos. Pero siempre en el mismo lugar, en el mismo espacio, en el mismo medio. Ese resulta ser el legítimo y justo derecho a réplica, porque forma parte del ABC del periodismo. Porque aquel medio que así no lo entienda sólo piensa para adentro. Y aquel o aquellos protagonistas que desesperen por aclarar en un medio distinto al que se sintieron perjudicados no solo buscan ventaja sino que además procuran aumentar sus defensas por canales inapropiados.        
Es necesario ser independiente e intentar serlo todo el tiempo, de los poderes fácticos, económicos y de los que bajo el ropaje de la imparcialidad, en cada acto, muestran su cara.
¿Por qué algunos medios o sectores pretenden no perseguir la verdad? Seguramente para adaptarse a un ambiente hostil, para evitar castigos y para conseguir premios o ganancias sobre los demás.
La supervivencia del periodismo depende de la responsabilidad ética que los medios asuman respecto a los derechos de los ciudadanos a recibir una información veraz mediante una buena praxis de la profesión.
Claro, es posible que la lupa éste sobre los medios que propongan imparcialidad y objetividad, a base de valentía, dignidad y veracidad. Y más cuando se haya desvanecido o extraviado esa cultura periodística en una ciudad. Por ello, es factible que otros medios ofrezcan complicidad, pero siempre vale la pena pagar el precio. Siempre.
 http://www.primeraplana.com.ar/el-precio-de-la-verdad-o-pagar-para-decir-la-verdad/

domingo, 30 de octubre de 2016

UN ABRAZO QUE TARDÓ 40 AÑOS | Mimí se reencontró con sus familiares


Qué sepa que su mamá Paula la amó con locura, que la buscó incansablemente hasta que el cuerpo le negó seguir viajando. Qué no la abandonó, sobretodo que sepa eso. Paula no la abandonó. Esas fueron algunas de las motivaciones por las que Hilda decidió viajar para conocer a Mimí. Recorrió 537 kilómetros desde Santa Rosa hasta Pergamino junto a Norma y a Sixto para intentar que la herida comience a cerrar, o al menos deje de sangrar.
Apenas pasaron 25 días desde la publicación en PRIMERA PLANA de la historia original. Lo que sigue ya es historia conocida: la noticia se viralizó, llegó a La Pampa y cuatro días después los familiares de Mimí ya se habían contactado con nuestra redacción. Ayer le puse caras a esas voces con las que venía hablando desde entonces.

La espera terminó

A pesar de tener reserva en un Hotel (gracias a la gestión del Intendente Javier Martínez), querían que nos encontremos en la puerta del Hospital cerca del mediodía, no querían cargarle minutos a la espera de Mimí aunque su vida venía siendo básicamente eso, esperar.
Entré por Boulevard Liniers, empecé a buscar, intentaba ocupar todo el hall con mis ojos. Miraba todas las caras para adivinar quién tenía “cara de Hilda”, pero en verdad no sabía cómo era una Hilda, no conocía a ninguna.
– ¿Javier?, escuché a mis espaldas. Ya no tenía que buscar más.
Hilda y Norma se acercaron a saludarme y a presentarse. Norma tenía entre sus brazos un oso gigante que traía para Mimí, por suerte era de peluche, sino sería un oso morado con problemas para respirar. Norma estaba ansiosa y nerviosa.
– ¿Y Sixto?, pregunté.
– No sabemos, se nos fue por allá, es ansioso Coco¿Mimí está acá?
– No, está en el fondo de todo. Lo dije, y me di cuenta de lo que dije. No tenía intenciones de ser tan literal.
Encontramos a Sixto en el pasillo que da a calle Italia, el de la guardia. De ahí nos fuimos todos caminando hacia el Pabellón de Salud Mental. En el camino me crucé con unos amigos “¿Ellos son los familiares de Mimí?”, preguntaron. Es lógico, ya todos conocen la historia y sentimos a Mimí como nuestra, pero ella ahora tiene a los suyos.
Mi intención era acompañarlos hasta la entrada, hacer una foto con ellos antes de ingresar y esperar a que salgan para hablar de sus sensaciones, quería que el encuentro fuera lo más privado posible, aún en contra de cualquier primicia periodística de una noticia que había recorrido el mundo. No me interesaban esas imágenes, me interesaban esas personas. Lo consulté con un colega que me dijo“haces bien”, uno sabe a quién consultar cuando sabe que necesita escuchar.

“Se quieren escudar, se están cubriendo”

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha expresado que “la libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática. Es indispensable para la formación de la opinión pública y para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada. Es por eso que, es posible afirmar que una sociedad que no está bien informada, no es plenamente libre. La libertad de expresión es por lo tanto no sólo un derecho de los individuos sino de la sociedad misma”

Cuando llegamos a la entrada del Pabellón se presentaron ante ellos Gabriela Susana Masciota (Titular de la Asesoría de Incapaces N°1 de Pergamino), Cecilia Poggioli (Secretaria) y una Asistente Social de quién no recuerdo el nombre.
– ¿Y vos quién sos?, me preguntó Masciotta.
– El periodista que inició esto. Le respondí.
– Si, te llamas Javier. No podés entrar.
– No tengo intenciones de entrar, solo quiero sacar una foto de la familia antes de ingresar y los espero acá afuera.
– No sabemos si ellos son familia, dijo la letrada sin inmutarse frente a ellos.
– (…)
– No, no podés sacar ninguna foto en el perímetro del Hospital ni escribir ninguna nota, ni ingresar a la Sala. Estás haciendo todo mal vos. Todo lo que contaste es mentira, en el expediente está la verdad y vos ya vas a tener novedades de las consecuencias legales que te van a llegar. ¿Amenazó? la Doctora Masciotta, visiblemente molesta por el estado público que tomó una causa que desnuda lo más vil de una justicia torpe, inerte y cómplice. Y ahora, gracias a su intervención, suma los adjetivos intimidante y censora.

Artículo 14 de la Constitución NacionalTodos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio (…) de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa

Cuando la Asesora de Incapaces Masciotta menciona que “todo es mentira”. Hace referencia a dos cuestiones. Por un lado, a la llegada de Mimí. En el expediente figuraría que a Mimí la trajo al Pabellón un policía proveniente de Arrecifes, una teoría que estaría basada en relatos testimoniales, pero sin pruebas. Suponer que en 1978 alguien iba a dejar constancia escrita del traslado ilegal de un Centro de Salud a otro, es, cuanto menos, un desconocimiento de época.
“No quiero que te sientas mal por lo del periodista, lo que pasa es que el 80% de lo que publicó él son mentiras, a Mimí la trajo un policía de Arrecifes hace 11 años” insistió Masciotta a Hilda. Evidentemente la justicia sigue tapándose los ojos. Ya no hablo de todas las fuentes que pasaron por las crónicas de PRIMERA PLANA, solo me remito al día de ayer, que en una amena charla con la Policía del GAD, uno de ellos me dijo “yo hace 16 años que estoy acá y desde que llegué Mimí ya estaba hacía muchos años”. A cualquier justicia de silla caliente le costará asimilar algunas verdades. Como si fuera poco, Hilda redobló la apuesta: “me dijo que esos son los informes legales que ellos tienen. Que me digan a mí a donde está el informe que dice que un policía la trajo de arrecifes hace 11 años” y visiblemente molesta acotó“se quieren escudar, se están cubriendo, sentí eso. No esperé una reacción así, me cayó muy mal, ellos se quieren deshacer de Mimí”.
Por otro lado, entre sus allegados, Masciotta aseguraría que el ingreso de Mimí data de los años ’80. Acá tendría pruebas, el expediente de ingreso. Solo resta saber a cuál de todos decide tomar como fuente ya que Mimí tiene aproximadamente tres expedientes con distintas fechas de ingreso, lo que hace suponer que serían apócrifos.
– Nosotros vamos a hacer lo que él necesite. Estamos en deuda con él, porque estamos acá por lo que él hizo, la justicia nunca nos buscó a nosotros. Por su nota hoy nos reencontramos, la justicia se lavó las manos.
La que le contestó a la letrada fue Hilda, la prima de Mimí. Ahora sé que las Hilda tienen cara de buenas, de justas. Automáticamente entendí que no era el lugar ni el momento, intenté transmitírselo a Hilda, a Sixto y a Norma que también estaban enojados con el trato que estaba recibiendo.  
– Entren, disfruten el momento, saluden a Mimí, este problema es una pavada, yo los espero acá afuera.
Y me senté a esperar, era un gran día, también en cuestiones climáticas.

“Le robaron la vida”

Una vez afuera del pabellón, Hilda reconoció una sensación ambigua de alegría inconmensurable y dolor irreparable. “Siento mucho dolor, mucha tristeza por cómo está Mimí y si bien me dicen que quizás ella no se acuerde de lo que pasó hoy, yo tengo dudas. Si ella se acuerda de cosas que pasaron hace tantos años y de Sixto y de Norma, me preocupa que reacción puede llegar a tener ella cuando nos vayamos” y agregó “¿Quién le paga el daño a Mimí. Por más que una haga juicio, ¿quién le paga los años perdidos? Le robaron la vida, a ella y a su madre.
Lo que sigue es acreditar la filiación para poder avanzar con los trámites legales y lograr que Mimí tenga PAMI y así ser traslada a un geriátrico, cerca de su familia. Hilda, Norma y Sixto dejaron todos los papeles que acreditan el vínculo familiar, y sólo restar aguardar que se expida la justicia.
Entre tantos capítulos que aún quedan por escribirse, Hilda agrega un dato revelador “me dijeron que las Madres de Plaza de Mayo se comunicaron con Pergamino para pedir información porque considerarían que se trata de un caso de lesa humanidad porque hubo desaparición forzosa en el traslado irregular y sustracción de identidad”. Recordemos que Mimí fue NN desde su llegada hasta hace apenas 2 años.

El cumpleaños de Mimí

“La torta” es lo primero que veo anotado en mis apuntes. Desde afuera podían escucharse las risas de una charla que no se alcanzaba a entender, hasta que se escuchó la voz de Mimí “quiero la torta”.
Norma estuvo cocinando toda la noche, la chata en la que viajaron llegó llena de provisiones para festejar el reencuentro con Mimí, cuatro décadas después del último abrazo familiar. Empanadas, pizzas, gaseosas, torta y pastelitos, eran parte del banquete que estaban armando en una mesa al sol. “Mi familia de La Pampa es rica” le decía Mimí a la enfermera entre mordiscón y mordiscón. A Hilda, Sixto y Norma no les sobra nada, pero Mimí no mentía, su familia de La Pampa es rica. Ya no les falta nada, ahora están completos.
– Tomá, comé. Me dijo Sixto mientras me acercaba una empanada.
– No, gracias Sixto, ya me dio una Norma y tengo un asado que me espera.
– No importa, tomá, comé. Estas las hace Norma, son excelentes y no las vas a comer nunca más, aprovechá.
Coco tenía razón con lo primero, pero espero que se haya equivocado con lo segundo.
Me costaba entender porque había una torta de cumpleaños, si Mimí cumple años el 30 de Junio e incluso ella decía “falta mucho para mi cumpleaños” mientras hacían la típica ronda de fotos con el agasajado de cualquier cumpleaños.
Ellos insistían para que me sume al festejo, una y otra vez. Terminé aceptando en el momento del brindis, me sumé a esa felicidad compartida y de repente escuché “Por Mimí que volvió a nacer”. Y yo que no entendía por qué había una torta de cumpleaños.
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http://www.primeraplana.com.ar/un-abrazo-que-tardo-40-anos-mimi-se-reencontro-con-sus-familiares/

Noticias de la Municipalidad de Pergamino