Existen etapas dentro de la historia argentina o de la historia regional cargadas de una tensión especial. Etapas complejas, pero además con una carga de información acumulada a través del tiempo de manera subjetiva que no permiten entrever con claridad la verdad que encierran. Una de esas etapas que se necesita revisar y, mucho más, si tenemos en cuenta que el pasado se modifica a través del tiempo, es el largo período que corresponde al gobierno de Juan Manuel de Rosas que comprende desde su inicio en 1829 hasta 1852.
Una reflexión
Existe una construcción llevada adelante por lo que se conoce como la historiografía liberal mitrista de presentar, por ejemplo, a Bernardino Rivadavia como un patriota, un prócer y "el padre de la patria" hasta que se decidieron por San Martín. Para llevar adelante esa mirada se ocultó el desastre que fue su corto gobierno que entre otras cosas se encuentran: el famoso préstamo otorgado por la Baring Brothers, la guerra contra el Brasil, la entrega de la Banda Oriental. En cambio Rosas que intentó un política nacional, que desafió a las principales potencias, que enriqueció el patrimonio argentino con leguas y leguas, que soportó un salvaje bloqueo de las potencias, fue considerado no sólo como un tirano o un dictador, sino como un asesino.
La época de Rosas en Pergamino
Diferente a lo que señala el historiador liberal Luis Giménez Colodrero a quien no se puede dejar de reconocer el valioso aporte sobre la historia de Pergamino, puedo fundamentar que la época de Rosas fue para nuestra ciudad altamente beneficiosa a pesar de los sabotajes realizados por los enemigos de adentro y de afuera que sufrió de manera permanente su gobierno. Entre diferentes hechos señalamos los siguientes:
Se instalaron las primeras máquinas a vapor "para beneficiar la grasa", perteneciendo la primera de ellas a Pedro López.
Se llevaron adelante los arreglos de las calles, de la entonces llamada Plaza Principal (Plaza de la Merced), se pinto la iglesia.
Se realizó un censo que permitió conocer la cantidad de pobladores urbanos y de la zona rural.
Se construyó el primer cementerio civil (1837).
Se aumentaron las partidas de milicias para darle seguridad a la campaña.
Se acrecentó notablemente la ganadería y las hectáreas para sembrar principalmente trigo.
Entre los principales rosistas en Pergamino se encontraban: Juan Pío Cueto, Estanislao Peña, Julián Benítez, Santiago Ulloa, Juan Dupuy, Miguel Olmos, Celestino Funes, Agustín Arismendi, Remigio Gorosito, Antonio Fernández; y la mayor parte de la población que de ninguna manera quisieron plegarse a Urquiza, arrancando las iras de Sarmiento tal como lo expresa en unas líneas de su "Campaña del Ejército Grande"
Dos aspectos engorrosos
Existen dos aspectos engorrosos en la historia de Pergamino dentro de la etapa rosista: el primero de ellos es la persecución impiadosa a todos aquellos que fueran rotulados o que se manifestaran como unitarios. Es indudable el carácter represivo de su gobierno. Aspecto al cual le concedió importancia y acrecentó la historia liberal-mitrista sin detenerse en la coyuntura que obligó este tipo de acción.
El otro punto en el cual se centra Giménez Colodrero es en el cierre de la única escuela que contaba Pergamino. La forma en que lo expone, en que dimensiona este punto en su libro Historia de Pergamino hasta 1895, es de una subjetividad notoria. No hace hincapié en el oficio que expresaba que el cierre sería "hasta que triunfe la República del tirano que intenta esclavizarla, y libre del bloqueo que hoy sufre injustamente, pueda el erario volver a costear estos establecimientos tan útiles a la sociedad en general". Ni tampoco se detiene a reflexionar en la propuesta realizada desde el gobierno rosista en que se mantuviera la escuela con los impuestos de abasto, o con una cuota pagada por los alumnos o con el apoyo de los vecinos. Sólo interesa dejar una imagen distorsionada, ajustada a la época en que se realizó esa historia dirigida por Ricardo Levene. Poco se podía esperar de alguien que de manera arbitraria expresa en la pagina 163 de su primera edición "la de Rosas fue una de las épocas más luctuosas para Pergamino...ni la crisis del año 1820 fue más onerosa para el progreso de la población, porque la indicada por Rosas en 1835, se prolongó gravitante y terrible hasta 1852". Mueve a una sonrisa la fragante contradicción que el mismo expone al describir los sangrientos sucesos que acontecieron antes de Rosas y después de Rosas
No existe la misma pasión destructora, por ejemplo, para Bartolomé Mitre, el gran adversario de Rosas, pero mucho más del país, y aún de América como lo demostró con esa guerra infame al Paraguay. No podía porque su pensamiento estaba estructurado en la interesada versión que debía mostrar a un Rosas sangriento y siguiendo justamente a Mitre hace pasar esas páginas y otras como una historia ecuánime y científica.
Por Rafael Restaino
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