El Tratado de Pilar fue un pacto firmado en Pilar el 23 de febrero de 1820 entre el gobernador de Buenos Aires, Manuel de Sarratea y los representantes de la llamada Liga Federal: el gobernador de Santa Fe Estanislao López y el gobernador de Entre Ríos, Francisco Ramírez. Este pacto se firmó como consecuencia de la derrota de las tropas unitarias en la batalla de Cepeda del 1 de febrero de ese mismo año. Una batalla que tuvo como escenario los campos del partido de Pergamino.
La batalla de Cepeda
Esta acción bélica que aconteció el 1º de febrero de 1820 se desarrolló íntegramente en los campos cercanos al pueblo Mariano Benítez que se encuentran dentro del partido de Pergamino.(1) Más exactamente en las adyacencias de los arroyos del Medio y la Cañada de Cepeda.
Fue un combate que duró menos de media hora, ya que se produjo casi de inmediato un desbande de las tropas de Buenos Aires dirigidas por el general José Rondeau, en ese momento Director Supremo y Juan Ramón González Balcarce, (2) ante la arremetida del ejército federal que se encontraba liderado por Estanislao López y Francisco Ramírez. (3) Esta embestida que algunos historiadores supieron asegurar no alcanzó siquiera veinte minutos, nos hace dudar en denominarla batalla.
Algunas particularidades
Las tropas de Buenos Aires dirigidas por Rondeau y Balcarce entre caballería y artillería sumaban aproximadamente 1.800 hombres armados de sables, blandengues, piezas de artillería; mientras que las fuerzas de la llamada Liga Federal estaba conformada con unos 1.400 hombres. En su mayoría montoneros (civiles provistos de lanzas, chuzas, machetes y algunos trabucos). Incidió de manera notable la intervención de Pedro Campbell, jefe de las tropas de caballería correntinas, quien desplegó de manera audaz una táctica que se considera fundamental en el contundente triunfo que se logró. La misma consistió en atacar por la espalda la caballería del ejército de Buenos Aires, logrando en veinte minutos la huida de esta y arrastrando en ello la suerte de Rondeau, quien estuvo obligado a renunciar al Directorio el 11 de febrero y a exiliarse en Montevideo. (4)
El interior contra Buenos Aires
Esta batalla de Cepeda es la primera guerra civil de orden político entre los pueblos del interior y el gobierno nacional de Buenos Aires. Es la primera acción de lucha intestina que se promueve después de la Revolución de Mayo. La primera controversia de clase política entre dos métodos o regímenes que pugnaban por imperar: el unitarismo de Buenos Aires y el federalismo del litoral.
En Cepeda de 1820 se encuentran frente a frente el pueblo del interior traducido en montoneras y sus jefes que representaban la tendencia popular republicana contra el gobierno centralista de Buenos Aires que no estaba derivado del auténtico pueblo, sino de un grupo de hombres que integraban la clase privilegiada sin la participación del pueblo.
Consecuencias de esta batalla
Entre las diversas consecuencias que produjo el triunfo de los federales se encuentra en primer lugar la desaparición del gobierno nacional representado por directores y la disolución del congreso Nacional.
Buenos Aires deja de ser estado nacional, de provincia suprema sobre las demás, para pasar a convertirse en provincia autónoma el 12 de febrero de 1820, demarcando su territorio. Cinco días después se conforma su Junta de Representantes del Pueblo y se elige por primera vez su gobernador el 18 de febrero siendo el mismo Manuel de Sarratea. (5) De esta manera la batalla de Cepeda convirtió a Buenos Aires en una provincia federal.
Otra de las consecuencias notable que produjo Cepeda de 1820 fue el Tratado de Pilar que se firmará el 23 de febrero de ese mismo año.
El Tratado de Pilar
Consecuencia principalísima de la Batalla de Cepeda fue el Tratado de Pilar. Un tratado que entre otros puntos:
Proclamó la unidad nacional y el sistema federal.
Estableció el fin de la guerra y el retiro de las tropas de Santa Fe y de entre Ríos a sus respectivas provincias.
Comprometió a Buenos Aires a ayudar a las otras provincias en caso de ser atacados por los brasileños.
Declaró navegables los ríos Uruguay y Paraná para las provincias amigas.
Amplió la amnistía a los desterrados y perseguidos políticos.
Enjuiciamiento a los responsables de la administración anterior "por la repetición de crímenes con que se comprometía la libertad de la Nación".
Dispuso la comunicación del tratado a José Artigas "para que siendo de su agrado, entable desde luego las relaciones que puedan convenir a los intereses de la Provincia de su mando, cuya incorporación a las demás federadas, se miraría como un dichoso acontecimiento".
El cumplimiento de estos y otros puntos o las reacciones que tuvieron, es otra historia.
Notas
1.- En 1959 como consecuencia de un petitorio formulado por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos se declaró por medio de un decreto lugar histórico al lugar donde se desplegaron las batallas de Cepeda de 1820 y 1859.
2.- Otros oficiales del ejército de Buenos Aires que participaron de esta batalla fueron: Pedro Castellanos, M. Rodríguez, D. Belaustegui, Gregorio Perdriel, Pérez de Urdaninea, los mayores M. B. Rolón, Nicolás Cabrera, Sixto Quezada, Carlos Vidal y Mariano Acha. Los coroneles Diego Belaustegui y Pedro Castellanos murieron en esta batalla.
3.- Los principales oficiales federales fueron Anacleto Medina, Gregorio Piriz, José Hereñú, Lucio Ovando, Apolinario Berduc, Gervasio Correa y verdaderos personajes como Pedro Campbell y el general chileno José Miguel Carrera, quien se alistó con sus soldados al ejército del caudillo entrerrianos Francisco Ramírez.
4.- Esta batalla que fuera llamada por el historiador Diego L. Molinari como "La batalla de un minuto" se encontraron la táctica de la escuela contra la estrategia de la montonera. A esta última con menos hombres y menos armas le bastó una fuerte arremetida para desmembrar en pocos minutos la táctica clásica de colocar la caballería a los costados y la infantería al medio.
5.- Durante el tiempo que duraban las negociaciones Estanislao López fijo su cuartel en Pergamino lo que nos hace suponer que durante esos casi veinte días el lugar actuó como si fuera la capital ante la ausencia de autoridades de Buenos Aires. Por otra parte como consecuencia de esta batalla se designó ante la disolución del Directorio a Manuel Sarratea que se convertirá de esta manera en el primer gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Por Rafael Restaino
