Toma histórica de la fábrica en 1973. En la misma se encuentran entre otros Néstor Velis, Aldo Molinari, Omar Aviles, Eduardo Vázquez, “Gallego” Medina, Oscar Azpeitía, Roberto Azpeitía, Juan Mingo, “Diente” Russo, Perrota y otros.
La fábrica Lucini, que enriqueció a Pergamino por muchos años con un perfil de ciudad industrial, tiene su inicio en 1946 cuando Juan Benito Lucini funda en la ciudad de Lanús una pequeña fábrtica de laminación. El rápido progreso que logra en corto tiempo le permitió asociarse a la Fundición Vulcano, una empresa que se iniciaba en 1950 dedicada a la fundición de hierro gris y a la cual Lucini proveerá por mucho tiempo de material.
Lucini en Pergamino
En 1953 después de realizar los estudios pertinentes Benito Lucini decidió la compra de un importante terreno ubicado a la salida de Pergamino, camino a Salto. En ese lugar llevará a cabo en diversas etapas la construcción de su ambiciosa fábrica. Si bien en un primer tiempo tuvo un equipamiento antiguo logró desarrollarse con mucha rapidez.
A fines de la década del cincuenta lleva a cabo diversas asociaciones como la concretada con Romero Dallhollo que le asignará el nombre de LUDA y luego se asociará con Pedro Manizini, formando la firma LUCIDAL.
Lucini en la década del sesenta
A los inicios de la década del sesenta existirán diversos movimientos en la fábrica. Uno de ellos se produce cuando cierra la Fundición vulcano que le permite a la firma LUCIDAL comprar todo el material, dándole esta imprevista acción un impulso inestimable. De esta manera se armó por ese tiempo otro tren de laminación y se aumentó de manera considerable la cantidad de empleados que pasarán de cuarenta a setenta.
Por este tiempo se encontraba al frente de la firma Omar Lucini, uno de los dos hijos de Benito Lucini.
Expansión de la fábrica
A fines de la década del sesenta la fábrica tiene aproximadamente 400 empleados en la planta de producción y aproximadamente unos 150 en la Central que se encontraba en el centro mismo de la Capital Federal, y también había empleados en diversos depósitos que estaban ubicados en las cercanías de Buenos Aires.
En la unión que tenía la fábrica Lucini con otras sociedades tenía por este tiempo algo más de setecientos empleados lo que permite tener a las claras el progreso adquirido en muy poco tiempo.
Notable producción
En esta fábrica se llegó a laminar entre 400 a 500 toneladas diarias que supieron ser exportadas a Sudáfrica, Estados Unidos, Japón y a distintos países de Europa. Para tener una idea del material que salía de esta fábrica de Pergamino basta decir que con él fueron construidas las famosas Torres Gemelas de Nueva York, que eran consideradas los edificios más altos del mundo.
Para tener una idea de la producción en la década del setenta se debe saber que la misma se ponía en marcha los domingos a las 22 y se trabajaba a partir de ese momento con tres turnos de operarios las 24 horas, prolongándose ese ritmo hasta el sábado a las 13. De esa manera se llevaba a cabo la producción de perfiles tales como planchuelas, hierro ángulo, en "T" o redondo, del tipo liviano y perfiles pesados.
Un ejemplo claro y bien preciso que demuestra la calidad y la cantidad de la producción realizada en Pergamino se encuentra en las Torres de Alta Tensión que van desde Chocón Cerro Colorado hasta Buenos Aires, construidas en su totalidad con el hierro laminado en Lucini.
Esta fábrica por distintos motivos que van desde el sabotaje donde Martínez de Hoz tendrá mucho que ver y la mala administración, cerrará sus puertas en diciembre de 1979.
Un párrafo para Pellita
Los cuatrocientos empleados que constituían el plantel estable de la fábrica contaban con catorce delegados y una Comisión Interna que recibía los diferentes reclamos o el llevar adelante diversas propuestas. Estaban encuadrados en el sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica. Estos delegados se constituyeron en un verdadero ejemplo de lucha, concretando logros de auténtica avanzada como el boleto para los empleados, el comedor escolar, la ayuda para los hijos de los trabajadores, las instalaciones de un Club para el regocijo de la familia. Este Club Lucini fue un verdadero orgullo por todas las comodidades que tenía y por lo que dio que hablar en el fútbol local.
Entre los diferentes delegados en la década del setenta se encontraban: Aldo Molinari, Omar Avilés, Lito Aranguren, Pichón Oller, Roberto Azpeitía y José María Pellita, que fuera secuestrado y desaparecido el 21 de septiembre de 1976 por fuerzas conjuntas de policía y militares y como causa de la delación criminal de quien marcó su nombre. A él dedicamos este humilde apunte.
Por Rafael Restaino
(x) Esta nota está basada en el testimonio dado por Roberto Azpeitía.