Con motivo de la celebración de los 100 años de la Chacra Experimental de Pergamino, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria abrieron las puertas del Reducto Fortificado, una construcción del siglo XIX que se encuentra dentro del predio de la entidad y que sirvió como vivienda y fortificación de “frontera” en la época del enfrentamiento entre los criollos y los pueblos originarios.
La actual Estación Experimental de Pergamino del INTA tuvo su origen en 1912 cuando fuera creada la Estación Agronómica Central, más conocida como “Chacra Experimental“, con la responsabilidad de atender la problemática del sector rural de gran parte de la región pampeana húmeda.
Aquella primera Chacra se constituyó en la orbita del entonces Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, conjuntamente con otros cuatro establecimientos ubicados en distintas zonas del país, en las provincias de Salta, San Juan, La Pampa y Río Negro. Los mismos surgieron ante la necesidad de dar respuesta, mediante estudios agrícolas con base científica, a los principales problemas planteados por la actividad agropecuaria, de esa época, marcando el comienzo de la investigación agrícola en nuestro país.
La misión central de la “Chacra Experimental Pergamino” era la de investigar sobre los cultivos predominantes de la zona, especialmente trigo, lino y maíz, así como en la utilización de granos para la cría y engorde de cerdos y aves. La importancia estaba dada por cuanto en su área se cultivaba un tercio de la superficie agrícola del país, predominando los cultivos anuales sobre los forrajeros.
Para concretar la instalación de la Chacra; se adquirieron 143 hectáreas a Gregorio Correa, tierras que anteriormente habían pertenecido a Miguel Kinsella, con fondos suministrados en partes iguales por el Estado Nacional y la provincia de Buenos Aires.
En dicha extensión funcionaba una chacra modelo para cultivo económico y científico de las plantas de la región; un campo de experiencias para las investigaciones científicas; un vivero de árboles frutales y forestales, jardines de propagación, parque avícola, quinta y huerta. Además se contaba desde 1910 con actividad en agroclimatología, al haberse iniciado mediciones climáticas de lluvia y temperaturas.
Con la valiosa colaboración inicial de algunos especialistas extranjeros, que actuaron conjuntamente con técnicos argentinos, comenzaron los primeros trabajos de fitotecnia en trigo maíz y posteriormente en lino.
Impulso
En el año 1937, con la promulgación de la Ley de Granos y Elevadores, la Chacra cobró su impulso definitivo. En 1942, con la iniciación de las investigaciones en fitopatología la labor se orientó hacia el logro de variedades resistentes a parásitos y enfermedades. En esa misma década, con motivo del incremento en el área de las explotaciones ganaderas extensivas, y necesidad de mejorar su base nutricional, se iniciaron los trabajos de mejoramiento en plantas forrajeras.
En 1948 se crean los Centros Regionales que tenían por objetivo descentralizar la labor experimental, trabajando en la solución directa de problemas regionales. Pergamino, por su estratégica ubicación geográfica en el corazón agrícola pampeano y trayectoria experimental, se constituye así en sede del Centro Regional Pampeano.
Uno de los hitos salientes fue en 1954 la creación, por parte del Ministerio de Agricultura de la Nación, del Plan de Agronomías Regionales Piloto para el Desarrollo Rural, que sirvió de base para la creación posterior del Servicio Nacional de Extensión desde donde se trabajó asesorando, educando, capacitando, organizando y promoviendo el desarrollo del productor rural y su familia. Una de estas Agronomías Piloto tuvo su sede en Pergamino, pero fuera de la Estación Experimental.
La llegada del INTA
Con la creación del INTA en 1956, se aglutina en el país, en un solo organismo la labor de Investigación y la Extensión. A partir de allí, la Chacra, se transforma en la Estación Experimental Agropecuaria INTA de Pergamino coordinando bajo una misma conducción la investigación y experimentación que se desarrollaba en la “Chacra” con la actividad que cumplimentaba el Servicio de Extensión en su área de influencia. Consecuencia de ello se profundizó la investigación, la experimentación y la extensión agrícola en el país, en base a una mejor organización, mayor descentralización y activa participación de la sociedad.
Con la puesta en marcha del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, se aumenta la dotación de personal, se diversifican las especialidades de su plantel profesional y se incentiva su capacitación a nivel de postgrado y se comienza a consolidar mediante algunas inversiones en infraestructura.
En 2007, la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino, suma el nombre de “Ing. Agr. Walter Kugler”. Actualmente dispone de 748 hectáreas, donde se encuentran sus distintas instalaciones. En su campo experimental se llevan a cabo ensayos y experiencias de acuerdo con los planes y proyectos en marcha, produciendo información técnica para toda el área pampeana. Más de 100 profesionales de distintas especialidades desarrollan sus actividades de investigación, experimentación y desarrollo rural.
Este liderazgo, consecuencia de su inserción en el sector productivo, empresario y profesional de la región, le ha permitido proyectarse más allá de los límites de sus campos experimentales, alcanzando niveles de referente nacional e internacional y satisfaciendo las necesidades e intereses del productor agropecuario en temas tecnológicos y en aspectos relacionados.
Fue pionera en la investigación sobre siembra directa, en el desarrollo y difusión de la hibridación en maíz que años más tarde permitió consolidar una poderosa industria semillera y en el mejoramiento de trigo, lino, sorgo y girasol.
Como resultado de su actividad se cuenta la liberación al mercado y adopción de numerosos cultivares y materiales de maíz, trigo, girasol, lino y forrajeras, a los que se fue adicionando una serie de prácticas de manejo del suelo y del cultivo con el propósito de potenciar su productividad. En convenio con una empresa privada, se evaluaron los primeros cultivares de soja introducidos en la región pampeana. El control integrado de plagas y el desarrollo de prácticas de cultivo conservacionistas son otros temas asociados al nombre y a la trayectoria de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Pergamino.
100 Años
Diversificado y trascendentes, estos 100 años de trabajo y compromiso de esta entidad contribuyeron al desarrollo rural tanto en sus primeros 44 años (1912-1956) en que la unidad era la Estación Agrícola Central, (o “Chacra” como la bautizó la gente), dependiente del Ministerio de Agricultura de la Nación; como en los últimos 56 años (1957-2012) como Estación Experimental Agropecuaria, formando parte del INTA y dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Sustentada en la investigación, el desarrollo, la cooperación y la vinculación para llevar adelante sus objetivos de equidad, competitividad y sustentabilidad ambiental, la EEA Pergamino, celebró sus 100 años de trabajo renovando su compromiso con el productor agropecuario, la familia rural y la sociedad de seguir generando y transfiriendo tecnologías productivas, organizacionales y de gestión, tendientes a resolver las nuevas problemáticas que se vayan planteando dentro de un dinámico enfoque o proceso de desarrollo territorial.
Los días 24 y 25 de noviembre de 2012 se abrieron las puertas del Reducto Rural Fortificado emplazado en el predio del INTA Pergamino.
Con motivo de la celebración de los 100 años de la Chacra Experimental de Pergamino, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria abrieron las puertas del Reducto Fortificado, una construcción del siglo XIX que se encuentra dentro del predio de la entidad y que sirvió como vivienda y fortificación de “frontera” en la época del enfrentamiento entre los criollos y los pueblos originarios.
La actual Estación Experimental de Pergamino del INTA tuvo su origen en 1912 cuando fuera creada la Estación Agronómica Central, más conocida como “Chacra Experimental“, con la responsabilidad de atender la problemática del sector rural de gran parte de la región pampeana húmeda.
Aquella primera Chacra se constituyó en la orbita del entonces Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, conjuntamente con otros cuatro establecimientos ubicados en distintas zonas del país, en las provincias de Salta, San Juan, La Pampa y Río Negro. Los mismos surgieron ante la necesidad de dar respuesta, mediante estudios agrícolas con base científica, a los principales problemas planteados por la actividad agropecuaria, de esa época, marcando el comienzo de la investigación agrícola en nuestro país.
La misión central de la “Chacra Experimental Pergamino” era la de investigar sobre los cultivos predominantes de la zona, especialmente trigo, lino y maíz, así como en la utilización de granos para la cría y engorde de cerdos y aves. La importancia estaba dada por cuanto en su área se cultivaba un tercio de la superficie agrícola del país, predominando los cultivos anuales sobre los forrajeros.
Para concretar la instalación de la Chacra; se adquirieron 143 hectáreas a Gregorio Correa, tierras que anteriormente habían pertenecido a Miguel Kinsella, con fondos suministrados en partes iguales por el Estado Nacional y la provincia de Buenos Aires.
En dicha extensión funcionaba una chacra modelo para cultivo económico y científico de las plantas de la región; un campo de experiencias para las investigaciones científicas; un vivero de árboles frutales y forestales, jardines de propagación, parque avícola, quinta y huerta. Además se contaba desde 1910 con actividad en agroclimatología, al haberse iniciado mediciones climáticas de lluvia y temperaturas.
Con la valiosa colaboración inicial de algunos especialistas extranjeros, que actuaron conjuntamente con técnicos argentinos, comenzaron los primeros trabajos de fitotecnia en trigo maíz y posteriormente en lino.
Festejos en el Fortín
La idea de las actividades que se llevaron a cabo dentro del marco de los festejos de los 100 años fue reconstruir la forma en la que se vivía en pleno siglo XIX, cuando la presencia de los malones era constante y las viviendas rurales eran del tipo de este reducto, por eso se decidió mostrar elementos antiguos, proyectar videos y organizar actividades culturales y recreativas de todo tipo.
